lunes, 27 de febrero de 2012

El dragón de agua

Os voy a dejar un cuento que encontré en la red, desconozco si es anónimo o tiene autor... si tiene autor y no le nombre, mil y una disculpas, he tratado de averiguar de quien era... pero solo averigüe que lo utilizan en los coles de Cataluña cuando van de visita al parque Güell con los peques.

Espero que os guste.

Hace muchos años, cuando vuestros abuelos eran igual de pequeños que vosotros, en un pueblo muy pequeño que había en la cima de una montaña muy bonita, vivían dos hermanos que se querían mucho. La niña se llamaba María y el niño Juan. Y estos dos hermanos iban cada día a la escuela muy contentos porque les gustaba dibujar y jugar con sus amigos.

Muchos días, cuando salían de clase iban a un bosque que había cerca de su casa a buscar setas, caracoles, manzanas, flores, y muchas cosas más. Cuando llegaba el verano se bañaban en el lago que había en el bosque y se lo pasaban muy bien con sus amiguitos.
Sus papas los querían mucho y muchas veces la mama les hacia pasteles para merendar. Humm, que bueno, que está este pastel, mamá! Decían María y Juan cuando se lo comían.
Un día la madre les dijo: Queridos niños, hoy, cuando salgáis del colegio pasad por el bosque y coged unas manzanas muy rojas que os haré un pastel muy bueno, para que mañana os lo llevéis al colegio para almorzar.

Y nuestros amigos así lo hicieron. Cuando acabaron el cole se despidieron de la señorita, que era muy buena y los quería mucho, y se marcharon hacia el bosque a buscar manzanas. Cuando llegaron Juan le dijo a su hermana: -María, mientras tu vas cogiendo manzanas, yo cogeré unas piedrecillas, y así cuando volvamos a casa y pasemos por el lago, las lanzamos al agua y nos divertimos un ratito.

Y así lo hicieron, mientras María llenaba la cestita de manzanas, Juan buscaba piedras bonitas. Pero de pronto, Juan encontró una cosa de muchos colores y la cogió extrañado. Se la enseñó a su hermana y creyeron que era una piedra que alguien había pintado. Después de pensarlo un ratito, decidieron que también la tirarían al agua.

Cuando llegaron al lago y lanzaron la piedra de colores al agua, comenzaron a salir muchas burbujas de muchos colores . Tantos colores como tiene el arco iris.

Oh! ¿Qué estaba pasando? Los dos hermanos se asustaron mucho cuando vieron que la piedra se estaba abriendo y de ella salia la cabeza de un pequeño dragón de colores. Y es que resulta que lo que encontraron no era una piedra, era un huevo de un dragón de agua, que es de muchos colores. Y como los dragones de agua nacen en el agua, que para eso se llaman de agua, pues cuando Juan lanzó el huevo y este se mojó, se abrió y nació un dragón de agua.

Pero no os asustéis, estos dragones son buenos. ¿Sabéis que pasó?. Pues que cuando el dragón salió del huevo , se hizo amigo de los niños, y se lo llevaron a su casa y desde entonces fue la mascota de su familia. Y todos vivieron muy contestos y su mamá les explicó muchos cuentos. Y el pastel de manzana muy bueno salió, y todo el mundo se lo comió.




Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. te ha gustado? la verdad es que es simpático, y un cuento nada agresivo... que al final todos los cuentos tradicionales son muy trágicos... que si les abandonan, que si la mama se muere...
      este es un cuento nada tragico, jejeje

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