Os voy a dejar un cuento que encontré en la red, desconozco si es anónimo o tiene autor... si tiene autor y no le nombre, mil y una disculpas, he tratado de averiguar de quien era... pero solo averigüe que lo utilizan en los coles de Cataluña cuando van de visita al parque Güell con los peques.
Espero que os guste.
Hace muchos años, cuando vuestros abuelos eran
igual de pequeños que vosotros, en un pueblo muy pequeño que había en
la cima de una montaña muy bonita, vivían dos hermanos que se querían
mucho. La niña se llamaba María y el niño Juan. Y estos dos hermanos
iban cada día a la escuela muy contentos porque les gustaba dibujar y
jugar con sus amigos.
Muchos días, cuando salían de clase iban a
un bosque que había cerca de su casa a buscar setas, caracoles,
manzanas, flores, y muchas cosas más. Cuando llegaba el verano se
bañaban en el lago que había en el bosque y se lo pasaban muy bien con
sus amiguitos.
Sus papas los querían mucho y muchas veces la mama
les hacia pasteles para merendar. Humm, que bueno, que está este
pastel, mamá! Decían María y Juan cuando se lo comían.
Un día la
madre les dijo: Queridos niños, hoy, cuando salgáis del colegio pasad
por el bosque y coged unas manzanas muy rojas que os haré un pastel muy
bueno, para que mañana os lo llevéis al colegio para almorzar.
Y
nuestros amigos así lo hicieron. Cuando acabaron el cole se
despidieron de la señorita, que era muy buena y los quería mucho, y se
marcharon hacia el bosque a buscar manzanas. Cuando llegaron Juan le
dijo a su hermana: -María, mientras tu vas cogiendo manzanas, yo cogeré
unas piedrecillas, y así cuando volvamos a casa y pasemos por el lago,
las lanzamos al agua y nos divertimos un ratito.
Y así lo
hicieron, mientras María llenaba la cestita de manzanas, Juan buscaba
piedras bonitas. Pero de pronto, Juan encontró una cosa de muchos
colores y la cogió extrañado. Se la enseñó a su hermana y creyeron que
era una piedra que alguien había pintado. Después de pensarlo un
ratito, decidieron que también la tirarían al agua.
Cuando
llegaron al lago y lanzaron la piedra de colores al agua, comenzaron a
salir muchas burbujas de muchos colores . Tantos colores como tiene el
arco iris.
Oh! ¿Qué estaba pasando? Los dos hermanos se asustaron
mucho cuando vieron que la piedra se estaba abriendo y de ella salia
la cabeza de un pequeño dragón de colores. Y es que resulta que lo que
encontraron no era una piedra, era un huevo de un dragón de agua, que
es de muchos colores. Y como los dragones de agua nacen en el agua, que
para eso se llaman de agua, pues cuando Juan lanzó el huevo y este se
mojó, se abrió y nació un dragón de agua.
Pero no os asustéis,
estos dragones son buenos. ¿Sabéis que pasó?. Pues que cuando el dragón
salió del huevo , se hizo amigo de los niños, y se lo llevaron a su
casa y desde entonces fue la mascota de su familia. Y todos vivieron
muy contestos y su mamá les explicó muchos cuentos. Y el pastel de
manzana muy bueno salió, y todo el mundo se lo comió.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
jeje...que gracioso, no lo conocía.
ResponderEliminarte ha gustado? la verdad es que es simpático, y un cuento nada agresivo... que al final todos los cuentos tradicionales son muy trágicos... que si les abandonan, que si la mama se muere...
Eliminareste es un cuento nada tragico, jejeje