Se levantó de su fría cama. Ni siquiera el gélido aire que entraba por la ventana le hizo darse cuenta que seguía desnudo.
Le hizo falta un segundo para comprenderlo todo. Miró su lado de la cama, vacía.
En medio de la oscuridad, con premeditación, salió de su casa, dejándola vacía para siempre.
Ni una nota, ni un adiós, ninguna despedida. Solo el silencio que todo lo envuelve.
Se marchó para no volver jamás.
Fin
Que bonito y que triste!!!
ResponderEliminarMe encanta, un relato muy bonito, y muy bien contado...
ResponderEliminarUn besazo!
Sobredosis de dureza y emoción en tan pocas frases...genial niña!!!!!!!!!!!
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